Por fín un evento de calidad entre los muros de San PAIO.
Un Monasterio que se ha ido deteriorando por el paso del tiempo y por el paso (de pasar de...no,...de pasar por...) del ser humano...que al mirarlo te cuenta su sentimiento, su estado de ánimo, que es el estado de ánimo de los habitantes de esta zona...
en el que la desesperanza "asomaba", día tras día, entre sus piedras...
que estaba pidiendo a gritos atenciòn...
Unos lo fotografiaban... otros lo pintaban... otros lo contábamos...pero por fín, alguien ha apostado por él, por su entorno, por poner en valor, otra vez, su propia valía...
Esa noche, la de Quico Cadaval, yo estaba allí...fué tan emocionante verle iluminado, con esa discreción con la que se iluminan los espacios envejecidos...sin vergüenza, con dignidad, con elegancia, con cariño, con respeto, con trabajo en fín.
Escuché a Quico sí pero también escuché el espíritu agradecido de San Paio.
Enhorabuena a los que se preocuparon por organizar este evento...
